domingo, 31 de octubre de 2010

marcial

sanitarista.marcial.obra.azara736.duplexAB

jueves, 28 de octubre de 2010

"los sentimientos no se discuten, se acompañan..."

El noticiero barrial de enfrente a la obra recordó a NK.
Desde el sur llegó a un lugar donde casi nadie se animaría estar, y menos bajo el contexto de los tiempos de su presidencia. El tiempo dirá quien fue verdaderamente.
La gente se sigue yendo...

martes, 12 de octubre de 2010

BRAVO POIESIS !


(diplomáticos: JP-GARRA)
En la edición 2010 del Premio de Arquitectura SCA-CPAU, en la categoría "Investigación Proyectual" el Centro Poiesis acaparó los trofeos, Premio a J.Sarquis por la obra "La arquitectura en la encrucijada de tres culturas", Menciones, arqtos. Leandro Costa y Juan Negro por "Génesis Proyectual y arq. Federico Eliaschev por "Dispositivos sensibles en procesos proyectuales complejos".(en éste último colaboradores)
Gente! un orgullo por haber sido parte en sus propios procesos de conocimiento y su tan peculiar sentir la Arquitectura.

viernes, 8 de octubre de 2010

OBRA1/3





albañilereandola !!!


viernes, 1 de octubre de 2010

LUIS

Por Carolina Angellotti.

Mientras transito uno de mis tantos periodos de reflexión acerca de que es hoy la arquitectura, si entonces me equivoque de carrera, si creo o no creo que se puede llegar a ser/ hacer lo que nuestros principios o, aunque mas no sea, nuestro criterio nos dice que es lo mas pertinente, me encuentro con el siguiente comentario proveniente de la obra, a través del farq (léase como “futuro arquitecto”):

"Hoy Luis no come asado porque festeja el karai y come jopará"

Ah bueno, dos palabras nuevas. Cabe aclarar que en el espacio que los muchachos destinan como comedor, permanece clavado a una pared aun sin revoque un titular cortado de un diario que dice:

“Buenos Aires es la Ciudad con mas paraguayos después de Asunción”

Cuestión que Luis es paraguayo, y entonces investigue que es el Karai y conocí lo siguiente:

Hoy 1 de octubre, se revive en el Paraguay una tradición anual, muy arraigada y conocida. En efecto, con el inicio de este décimo mes también saldrá del ka’aguy (monte) un mítico personaje llamado karai Octubre. Hombre descalzo y de rasgos duros, ataviado a la usanza del campesino paraguayo; con un sombrero kapi’i (paja) y portando un desafiante arreador (látigo) de ysypo. Todos sabemos que octubre es el mes más difícil antes que la tierra comience a ofrecer masivamente sus productos: maíz, mandioca, frutas, etc, devolviendo de esa manera la abundancia a los hombres. Es un mes de sensible carestía. Solamente las familias previsoras podrán sobrellevar estos momentos difíciles. De allí también la tradición de preparar un suculento y abundante jopara tomando como ingredientes los casi únicos productos disponibles, el locro (o el locrillo) y el kumanda (poroto); que acompañados de verduras (zapallo, cebolla, tomate y kuratû) y mucho queso paraguay; son hervidos por varias horas hasta que, a punto, se convierta en uno de los platos típicos más apreciados y deliciosos del país. El hervido se hace en la olla de hierro, con fuego de carbón o leña, en el tradicional brasero. La faena para preparar el jopara lleva prácticamente toda la mañana; y al lado se hará hervir la mandioca que se convertirá en el acompañante más indicado para el jopara. La tradición campesina nos muestra anualmente, a toda la familia reunida este día en torno a la mesa, a la siesta, para consumir el jopara y la humeante mandioca, a modo de preparación para soportar este mes de carencias. Y a esa hora, saldrá el karai Octubre a recorrer todos los hogares para asegurar un año de abundancia o de pobreza. Aquellos hogares despreocupados donde nadie coma en abundancia o donde la comida es pobre, recibirán la maldición de tener que soportar un año de pobreza; en tanto que, aquellos hogares que presenten a la familia unida y comiendo a sus anchas, serán hogares bendecidos por la abundancia y la felicidad. No obstante la “modernidad” dificulta en algo la elaboración del jopara siguiendo el ritual antes mencionado; es por eso que hoy, en los centros urbanos -donde la gente trabaja en las oficinas y ya no tiene el largo tiempo necesario para preparar el jopara- ocurrirá un fenómeno nuevo pero interesante: al mediodía todos concurrirán a los mercados municipales o centros gastronómicos a solicitar su plato de jopara. Es así que estos centros comerciales prepararán litros y litros de jopara para poder satisfacer la gran demanda que habrá en el día. Sin temor a equívocos, es seguro, que los numerosos paraguayos diseminados por todo el mundo también prepararán el jopara, a fin de esperar un tiempo nuevo, de abundancia o aunque sea por el solo hecho de “cumplir” con una de las tradiciones imperecederas del país, dándole vigencia… no importa donde; lo que demuestra que, pese a todo, la tradición continúa.

Ante la imposibilidad del entendimiendo del verdadero significado a través de las palabras de Luis (nadie en la obra entiende el guaraní), fArq le leyó, a través de su teléfono móvil, a los muchachos el “por qué del NO al asado de Luis”, aun sabiendo que después iba a terminar clavándose un choripan como todo el resto sin dudar de la abundancia prometedora del plato de jopara. Mas allá de lo interesante del cruce de culturas y de tratar a la gente como lo que son, (gente) es interesante conformar un grupo de trabajo desde otro lugar que no sea solo JEFE - OPERARIO. No se si en otros lugares es así o no, pero si se que nuestra búsqueda comprende además, una relación diferente con la gente que hace nuestros proyectos posibles. Que sean pares, que sean valoradas sus opiniones y que tengan ganas de experimentar con nosotros todas las cosas que se nos van a cruzar por la cabeza. Por ejemplo, que se entusiasmen con la idea de conocer como trabaja Solano Benitez con el ladrillo común y entonces fArq lleve a la obra una Summa+ y tal vez, alguno se la quede.

La Arquitectura es tanto más que especulación inmobiliaria!

Sentada en este escritorio pero sabiendo que afuera tratamos de generar que pasen otras cosas, se me calma un poco la ansiedad.

A cultivarse, se ha dicho!